Un año más, la tradición americana del día de los muertos vivientes llegó también a nuestro pueblo de Ucar. Una veintena de niños de la localidad, acompañados de padres y algún que otro abuelo, y disfrazados elegantemente, recorrían las calles y se personaban en las puertas de los vecinos, para al grito de truco o trato, solicitar las ansiadas chucherías con las que llenar su bolsas originales de esta celebración. En esta ocasión, el tiempo también acompañó y la temperatura de la tarde noche era muy agradable.
Aquí queda unas imágenes fotográficas del día
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