Domingo, 13 de Julio. 18,30 horas. Mientras en Pamplona se apuraban los últimos días de las fiestas de San Fermín, a parte de nuestro valle llegaba una terrible tormenta, Viento, agua y sobre todo piedra. Algunas del tamaño de pelotas. Durante un cuarto de hora el espectáculo era impresionante. Un terrible ruido sonaba tras el impacto de las piedras en ventanas, coches y tejados.
El panorama posterior era desolador. Montones de granizo acumulados en los abrigos de las paredes. En algunos edificios cristales rotos, persianas abolladas, toldos agujereados, pequeños bollos en los automóviles pero sobre todo importantes daños en cultivos y huertas. En los maíces y girasoles sembrados hace un mes los daños eran tremendos. Y en las huertas, toda la ilusión y el trabajo de los hortelanos se veía truncado en este fatídico cuarto de hora.
Aquí pongo un reportaje fotográfico de los daños causados por esta tormenta
